domingo, 30 de enero de 2011

La llegada

Ayer fue el día.

Coger un vuelo, un autobús, un tren y luego ir hacía mi casa durante 6 meses.

Nada más llegar al aeropuerto tenía el estomago en un puño, facturé mi maleta grande y luego fui a comprobar mi maleta de mano, como me había imaginado no cumplía los riquisitos para llevarla sin facturar (había metido demasiadas cosas), así que una vez pasado el control estuve esperando 30 minutos que se me hicieron eternos y en los que no paraba de darle vueltas a la cabeza pensado: a que no me pasan la maleta, bueno pero si no pasa pago y punto, bua y si... el gen Carrey que se le va a hacer.

Una vez en la fila para subir al avión ¿cual es mi satisfacción? no hacen control de maletas de mano, aun así cuando pasé al lado de los azafatos note el corazón superacelerado, una los pasé ya todo fue más tranquilo.

¿Pero cual fué mi sorpresa?, en las escaleras del vuelo vi a unos amigos para los que solemos trabajar (www.trazacultura.es) poder hablar con alguien me alegró el viaje y así poder descansar tranquilo. Nada más aterrizar el avión nos separamos ellos cogían un coche de alquiler y yo tenía que coger el autobus.

Ahí estaba yo con mis dos maletas, y buscando la parada de bus, vi a una pareja que preguntaba algo a un encargado del aeropuerto, como intuía que buscaban lo mismo que yo le pregunté si le había preguntado por el bus, el me asintió; bueno otra preocupación menos. ¿Cual fue mi otra sorpresa? que ellos también iban a Florencia a visitar a una amiga suya que estaba de Erasmus.

El autobús aun tardó 30 minutos en llegar a la estación de tren, una vez ahí con la ayuda de la amable pareja nos cogimos los billetes en el próximo y ultimo regional a Florencia, nos metimos en el tren y estuvimos un poco hablando, al ver que el tren no salía, el chico (no me acuerdo de sus nombres) salió a preguntar porque los pasajeros se iban del tren, total que el tren no salía, se habían puesto en huelga los maquinistas justo en ese momento.

Al final tuvimos que cambiar el billete por un Express que nos costo casi tres veces más que el regional, teníamos que cojerlo si o si, ya que era el ultimo que salía a Florencia y si no nos teníamos que quedar ahí hasta las 4:30 de la madrugada, algún pasajero que otro estuvo dando golpes a todo lo que pillaba, mientras se sacaba el nuevo billete.

Bueno una vez llegado a Florencia, vino a buscarme Miguel Ángel el español con el que había estado hablando por Internet y me presentó a su compañero de piso Sergi (creo); me llevaron a mi nuevo hogar y no me pudo presentar a ningún inquilino porque hasta estos momentos estoy solo en la casa.

No me voy a extender más que me apetece darme una vuelta por Florencia ahora que acaba de parar de llover.

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